Argentina para todo el mundoUna consagración justa, inobjetable

El estadio Azteca de México fue el escenario donde la Selección Argentina se consagró campeona mundial, al derrotar a los alemanes por 3 a 2 en la final del campeonato. El equipo argentino, con goles de Brown en el primer tiempo y Valdano al comienzo del segundo, se puso en ventaja de 2 a 0, pero Alemania consiguió igualar con tantos de Rummenigge y Voeller. Burruchaga, a pocos minutos de concluir el juego, concretó el ansiado gol del triunfo y la conquista del título.

La selección festeja en el Estadio AztecaLa selección festeja en el Estadio Azteca

MEXICO D.F. (Enviados especiales). - Toda la emotividad, todo el "dramatismo" que tuvo el partido anulan la falta de riqueza técnica, las imprecisiones que se vieron durante los 90 minutos. Era una definición, la final más importante del mundo y entonces los aspectos que en otras situaciones pueden ser considerados importantes para calificar a un partido quedaron relegados.

Argentina apareció más armada en el comienzo. Ya a los 6 minutos un córner ejecutado por Maradona desde la derecha trajo peligro para el arco de Alemania. Peinó Burruchaga cerca del primer palo y Valdano, ingresando por el otro lado se molestó con un compañero y no pudo definir. Fue el primer riesgo.

A los 22' llegó el primer gol argentino. Burruchaga ejecutó un tiro libre desde la derecha. Salió pésimamente Schumacher quedando a mitad de camino y José Luis Brown, entrando por atrás, alcanzo a conectar la pelota de cabeza empujándola al fondo del arco. El primer gol y se empezaba a escribir la historia grande de Argentina en esta final.

¡Argentina para todo el mundo!

Alemania sintió el impacto. Se desconcentro por unos minutos y perdió la pelota. Argentina dominaba el terreno. Maradona exigió a Schumacher con un tiro libre a los 27, y a los 33 Burruchaga y Maradona en una triple pared, realizaron una jugada excepcional que culminó cuando Schumacher se debió exigir ante los pies de Diego para rechazar. Era la primera jugada en gran nivel del equipo argentino.

Alemania respondió con un ataque aislado. Foerster envió un centro desde tres cuartos de cancha, Berthold bajó el balón y Rummenigge no alcanzó a darle de lleno a la pelota desde muy cerca del arco.

Alemania salió a presionar. No le daba respiro al equipo argentino. Sin embargo, a los 3 minutos hubo un preanuncio de lo que podía pasar. Burruchaga se fue en velocidad y cuando se aprestaba a sacar el remate, luego de superar a un alemán, Foerster llegó desde atrás para enviar al corner.

Imagen Video, el video club diferente. Asociese ya sin cuota de ingreso, válido hasta 1/8/86Imagen Video, el video club diferente. Asociese ya sin cuota de ingreso, válido hasta 1/8/86

Alemania siguió yendo y yendo. Argentina se replegó para aprovechar los espacios con el contraataque. Y a los 10 minutos demostró que era capaz de hacer.

Enrique robó una pelota en el medio, trasladó aproximadamente 20 metros y luego sacó el pase justo, medido para Valdano que entraba por la izquierda.

El hombre del Real Madrid esperó la salida de Schumacher y colocó la pelota justa, a la izquierda: del arquero dejándolo fuera de escena. Gol. Segundo gol argentino. El sueño se acercaba.

La emoción reflejada en los rostros y el abrazo de Bilardo y Pasculli

Vinieron los mejores minutos de Argentina. Dominando el trámite. Valdano se perdió el tercero cuando no pudo conectar con precisión un centro de Enrique y Burruchaga tampoco llegó justo a un centro del volante de Ríver.

A los 28 minutos, sin embargo, Voeller bajó la pelota para Rummenigge y este, absolutamente solo, dentro del área chica, empujó al fondo del arco convirtiendo el primer gol alemán y dándole al equipo teutón la fuerza que necesitaba.

Argentina se replegó nuevamente. Alemania no tenía ideas y utilizaba como único método el centro sobre el área de Pumpido, pero esto era bien resuelto por la defensa argentina.

Alemania presionaba y presionaba, aunque sin profundidad. Hasta que a los 36 minutos Berthold bajó la pelota para Voeller y el "nueve" alemán empató el partido. Nadie lo podía creer. 2 a 2.

Alemania se agrandó y quiso salir a definir. No contó con la réplica argentina. Y dos minutos después, Maradona capturó una pelota en el medio, levantó la cabeza y lo vio picar a Burruchaga solo. Se fue Jorge al gol. Corrió 25 metros y ante la salida de Schumacher tocó suave, al palo derecho. Gol argentino, 3 a 2. El título del Mundo. Toda la fiesta en el estadio Azteca y en la Argentina.

El pase perfecto de Diego, la entrada franca de Burruchaga

Maradona: minuto a minuto, el Nº1

MEXICO D.F. (Enviado especial). - Cuánto se habló de este partido de Maradona. Cuántas palabras se gastaron alrededor de su figura retacona y su fútbol de lujo. Cuántas especulaciones se tejieron sobre la marca, sobre quién lo parará, las infracciones que le cometerán, cómo hará para zafarse de sus perseguidores... cuánto se habló.

Y al cabo, él, con su magia, que quizás no haya sido como en las anteriores presentaciones, pero magia al fin, con su talento para frotar la lámpara y dejarlo libre a Burruchaga para que se vaya derecho al gol del triunfo, al gol del campeonato, con su sacrificio para bancarse el seguimiento de Matthaeus primero y de Foerster después, sin chistar, sin quejarse; solo apretando los puños, juntando fuerzas de donde se podía, y tenderle la mano a cualquiera que lo necesitara, cuando las cosas parecían darse vuelta.

Él y la copa. La recibió, la besó, la alzó una y otra vez, con alguna lágrima recorriendo sus mejillas.

Maradona en la cumbre, besa la copa Maradona en la cumbre, besa la copa

La llevó hasta el campo de juego, en medio de sus compañeros y de la muchedumbre que lo rodeaba. Y empezó la vuelta olímpica, pasándola a uno y a otro. El reloj del estadio marcaba las 14.05. Maradona en la cumbre.

Lo que pasó antes

"Maradona, por qué no naciste en México", imploraba una larga bandera blanca escrita en letras azules. Era el comienzo, cuando él intercambiaba banderines y se saludaba con Rummenigge (y pensar que hubo quienes intentaron trazar un parangón entre ambos...) y con el árbitro, en la ceremonia del sorteo. Su primera final del mundo estaba ahí, a segundos nomás, lista para abrir las puertas de los 90 minutos más esperados de este tiempo.

Movieron los alemanes, se acomodaron las piezas en el tablero y, tal como se preveía, en el reparto a Diego le tocó Matthaeus, un disciplinado volante que esta vez dejó su función ofensiva para dedicarse a tratar de anular al mejor jugador del mundo. Donde iba Maradona, iba Matthaeus; el 10 de uno se confundía con el 8 del otro. Claro, hasta que la pelota se inclinaba por el que más afectuosamente la trataba, como ocurre siempre.

Sobre el minuto y medio, picó en busca de la primera maniobra, tras un rechazo largo de Brown. La quiso parar con la zurda, pero la posibilidad quedó en intento: se le fue larga por la raya derecha. Detrás, Matthaeus, respirándole en la nuca, no dejándolo pensar ni recibir con libertad.

Pero Diego no se sometió a la marca. Se movió permanentemente, apareció por derecha y por izquierda, bajó para desplegarse del alemán, se estacionó — en otras ocasiones— de punta para atraer a dos rivales, a Matthaeus y al stopper Foerster. Exigió casi sin pausas. Hasta se refugió en su área, a los 2, para sacar de cabeza junto al primer palo un corner de Brehme.

Enseguida, en tres cuartos de cancha, Matthaeus lo tumbó, cometiéndole el primer foul. Después, a los 6, la paró con el pecho, la durmió en el empeine y cuando iba a partir en la gambeta, Jakobs (de última, el que más veces lo volteó) lo tocó en los tobillos. No la localizaba demasiado por estos momentos, pero se mostraba y la pedía igual. Total, una vez que la recibía, el destino de la pelota seguramente iba a ser el más adecuado.

Pasado el cuarto de hora, 17 exactamente, protestó la repetición de un tiro libre y Arpi Filho le enseñó la amarilla. La misma tarjeta que vio Matthaeus cuatro minutos más tarde, por bajarlo nuevamente, luego de un hermoso taco de Diego para Cuciuffo, en el lateral derecho. A Cuciuffo también lo faulearon; Burruchaga lanzó el tiro libre y Brown la estampó de cabeza: uno a cero. Maradona se "colgó" de la pila de camisetas celestes y blancas.

Otro remate libre, en la media luna, fue detenido abajo por Schumacher; fue la primera ocasión en que probó al arco. Una pared con Burruchaga - de gran precisión— lo dejó cara a cara con el arquero alemán, que tapo, el balón rebotó en Diego y se perdió por la última línea. Pudo ser, anotamos.

Segundo tiempo. En el arco de sus grandes goles, justamente. El ya legendario contra los ingleses; el no menos bello frente a los belgas. Le puso un exacto toque en profundidad a Burruchaga; eran tres contra uno (Jakobs), pero ganó el líbero adversario. Con Argentina 2-0, Alemania cambió la marca: lo dejó Matthaeus, ya más preocupado en empatar el partido y en pensar con mentalidad atacante, y lo tomó Foerster. Por ahí se la dio a Giusti, por la derecha, y el centro del mediocampista por poco concluye en el tercero (no alcanzó Burruchaga).

El descuento de Rummenigge. Un taco en el área y posterior zurdazo desviado. El momentáneo impacto de la igualdad, y el pase-gol a Burruchaga: tenía que ser él... no hay vuelta que darle. Hasta tuvo un ratito de tiempo para despachar un tiro libre que Schumacher, con esfuerzo, rechazó al córner.

Faltaban dos minutos para la gloria. Argentina era campeón...

Sumamos: lanzo 4 remates a los tres palos (2 atajados, 2 desviados); ejecutó 4 tiros libres, le cometieron 7 infracciones (Jakobs, 3; Briegel, 2; Voeller y Matthaeus); le cobraron 2 foules (ambos con posición adelantada). Los números de Diego.

La infructuosa espera en el vestuario, casi en las duchas. "Por favor, no puedo hablar aquí. No se puede ni respirar; voy a hacerlo en la conferencia de prensa". Claro, entrar a la sala no fue sencillo, pero escuchamos.

"Esto es lo más importante de mi carrera deportiva. Teníamos hambre de gloria, queríamos este título. Y bueno, ahora todo el país lo puede festejar."

"Hoy, la Argentina volvió a demostrar su poderío como equipo. Tuvimos algunas dudas y ellos, con ollazos, se pusieron 2 a 2. Pero nos sobrepusimos y definimos el partido. Siempre sostuve que éste es un equipo completo y no un solo jugador."

"Los defensores alemanes son fuertes, pero no mal intencionados. Quizás hayan marcado bien a Maradona, aunque no lo hicieron igual con Brown, Valdano y Burruchaga, porque ellos les marcaron los goles."

Radioteléfono, su línea directaRadioteléfono, su línea directa

Con Bilardo

"Si sigue Bilardo, tengo posibilidades de jugar el Mundial del '90. Y deseo llegar con la misma fuerza de hoy."

«Cuando terminó el partido, pensé en mi familla, en mi papá, en mi mamá, en mis hermanos, en mis amigos, en todos los que me quieren y a los que quiero..."

Conceptos de él hubo más, pero vale rescatar los más trascendentes.

La tarde, los gritos, las banderas; afuera, la escenografía argentina. El triunfo, y Diego...

¿Que no brilló como otras veces? No importa demasiado. La historia recordará a México '86 como el Mundial de Maradona...

Miguel Ángel Bertolotto