Crisis política: Cobos votó “no” y fracasó la ley

La votación terminó igualada en 36 votos. Y el vicepresidente tuvo que desempatar. “Voto en contra. Que la historia me juzgue”, dijo en un mensaje dramático, a las 4.25.

En un final dramático e inesperado, a las 4.30 de la mañana de hoy el Senado rechazó el proyecto oficial del Gobierno que pretendía ratificar las retenciones móviles a las exportaciones agropecuarias. La larguísima sesión terminó en un empate clavado en 36 votos de cada lado y debió definir el vicepresidente de la Nación y titular del Senado, el radical “K” Julio Cobos: votó por el “no” con la voz quebrada, tras un apesadumbrado y nervioso discurso.

“La historia me juzgará. No sé cómo. Y me perdone si me equivoco. Mi voto no es positivo”. Así finalizó Cobos, tras haber pedido un cuarto intermedio, un tiempo más para que el Senado busque “una solución de consenso” porque “la gente está esperando una ley que solucione el conflicto”.

"Es el día más difícil de mi vida". Cobos, esta madrugada, al anunciar su voto

El bloque del oficialismo rechazó esa posibilidad y mantuvo su propuesta de no cambiar una coma al proyecto.

El sorpresivo final generó una crisis política de magnitud incierta. Hasta anoche, el Gobierno no había dado señales de cómo hará frente a este revés, el más importante de la era kirchnerista. Los dirigentes del campo celebraron con euforia desde el predio rural de Palermo, donde siguieron el debate, y los piqueteros “K” en la Puerta del Congreso gritaban y arrojaban piedras en la puerta del Congreso. La policía organizó un corredor para que pudieran salir los legisladores.

Cobos fue tironeado hasta el final. En su último discurso, cerca de las 2.30, el jefe radical Ernesto Sanz reclamó varias veces su presencia, mientras el vice permanecía encerrado en su despacho.

“Le hablo al vicepresidente, que venga a ocupar su lugar. Su responsabilidad es enorme. Solo le pido que recuerde que en los últimos días sorprendió a muchos con sus gestos de autonomía, de grandeza, de diálogo”, dijo Sanz. José Pampuro fue el encargado de ofrecerle que no baje al recinto, y que él se hacía cargo de presidir para votar doble y ahorrarle una conmoción política al Gobierno. Pero “Cobos quería votar, no hubo forma de convencerlo”, dijeron en el bloque oficialista.

También lo tironeó Pichetto: “no se puede estar en la foto solo para la campaña, cuando la presidenta tiene el 80 por ciento de imagen positiva, y no acompañar ahora. Somos parte del Gobierno, no hacemos oportunismo político”, dijo el jefe de la bancada kirchnerista. El fin de semana había dicho que, si Cobos votaba en contra, debía “irse del Gobierno”. “Que se rompa, pero que no se doble —dijo Pichetto—. Nosotros esperamos su voto”.

Con la voz quebrada y palidez en el rostro, Cobos aseguró que “la Presidenta me va a entender. No creo que sirva una ley que no trae solución a este conflicto”.

El clima de tensión había sido alimentado por versiones de todo tipo, el tronar de bombos de la juventud kirchnerista frente a la puerta del Congreso y hasta la noticia de un temprano cacerolazo, al anochecer.

En el medio se habían acumulado los discursos. Todos previsibles según declaraciones anteriores de los protagonistas con picos de exageración de uno y otro lado.

Pero los que se llevaron mayor atención fueron los rebeldes del oficialismo. Carlos Reutemann (“Este conflicto podría llevar a la desintegración del pueblo argentino”); Juan Carlos Romero, Roberto Urquía y la riojana Teresita Quintela, entre otros.

El empate había llegado pese a que el catamarqueño Ramón Saadi dio su voto al gobierno de Cristina —quien paradójicamente, en 1996 luchó para evitar que entrara como senador con el famoso “videopliego” —.

El voto por el “no” fue del radical K Emilio Rached, que el oficialismo esperaba tener de su lado. El santiagueño no había pisado el Senado en toda la semana pasada para “evitar presiones” y ayer llegó cuatro horas tarde con su sorpresa bajo el brazo. Alfredo Gutiérrez

Se decidió. El santiagueño Emilio Rached finalmente votó en contra del proyecto oficialista. Se decidió. El santiagueño Emilio Rached finalmente votó en contra del proyecto oficialista.

Cobos, en un final dramático. EL VOTO DEL VICEPRESIDENTE DEFINIÓ EL RESULTADO A FAVOR DEL CAMPO

Quedó separado por un abismo de los Kirchner y volvieron a surgir versiones en torno a su renuncia.

Quienes creían que el Gobierno había comenzado su interminable cadena de errores el 11 de marzo —con la resolución 125 de las retenciones móviles— se convencieron ayer de que estaban equivocados. Los errores habían empezado unos cuantos meses antes, cuando los Kirchner eligieron el nombre del vicepresidente. El mendocino Julio César Cleto Cobos, pensado siempre para un rol de reparto, se convirtió anoche en protagonista excluyente de la votación en el Senado. Su voto a favor del “no” dejó al Gobierno sin ley y desató una crisis política de alcance todavía incierto.

Entre sus múltiples consecuencias, el conflicto entre el Gobierno y el campo desnudó demasiado rápido las diferencias entre Cobos y el matrimonio presidencial. Una brecha enorme los separaba ya ayer a las 10.30 de la mañana cuando, como presidente del Senado, a Cobos le tocó abrir la sesión. Desde las 4.25 de la mañana, cuando el vicepresidente votó por el no, los separa un abismo.

Es el final más dramático que podía tener el capítulo legislativo de un conflicto al que no le faltó nada, Cobos tuvo que definir una votación empatada en 36. Y votó en contra de la iniciativa oficialista. Tuvo que elegir, como le había confesado días antes a un colaborador y repitió al fundamentar su voto, entre sus diferencias con el Gobierno y el proyecto de retenciones y la “responsabilidad institucional” de su cargo de vicepresidente.

Cobos había sido el primero en impulsar que la discusión por las retenciones móviles llegara al Congreso y le había pedido públicamente al Gobierno que se preocupara por “buscar consensos y no votos”.

En sólo siete meses de gestión, Cobos ya tuvo oportunidad de negar más de una vez que hubiera pensado renunciar. Las versiones sobre su posible salida del Gobierno volvieron a cobrar fuerza esta madrugada. “Si vota en contra se tendrá que ir”, le había avisado el jefe de los senadores K, Miguel Pichetto. Ayer, el mismo Pichetto hizo un discurso desesperado para tratar de convencerlo: “Es inconcebible que un vicepresidente vote en contra del Gobierno, a menos que quiera debilitarlo.” El futuro de Cobos se empezará a escribir hoy mismo. El de los Kirchner, también.

Sale Cobos. El vicepresidente abandona el recinto del Senado después de su dramática exposición. Eran las 4.25 de la mañana de hoy. Sale Cobos. El vicepresidente abandona el recinto del Senado después de su dramática exposición. Eran las 4.25 de la mañana de hoy.

Si las primeras señales de autonomía del vicepresidente habían sido suficientes para enfurecer a Néstor Kirchner, no hace falta especular demasiado para saber qué siente desde esta madrugada el ex presidente.

Ayer, Cobos estuvo junto a su mujer y sus hijos. A las 20.20 difundió un comunicado anticipando que sólo daría “a conocer su voto en caso que dicha situación (el empate) se produzca en el recinto; no antes ni después”. A esa hora, todavía confiaba en que su voto no fuera necesario. A las 4.25, luego de repetir varias veces que era el día más difícil de su vida, anunció que no podía acompañar el proyecto del Gobierno y le pidió a la Presidenta que envíe otro proyecto. Mariano Thieberger