El fiscal que acusó a Cristina de encubrir a Irán por la AMIA fue hallado sin vida
Héctor Gambini
Secretario de RedacciónSu cuerpo estaba en el baño de su departamento de Puerto Madero. El juez De Campos confirmó la muerte, pero en el amanecer de hoy todavía se desconocían los motivos.
En el inicio de lo que ya ha causado una fuerte conmoción política, Alberto Nisman, el Fiscal Especial para la causa AMIA que el miércoles pasado acusó a la presidenta Cristina Kirchner, al canciller Héctor Timerman y otros dirigentes kirchneristas de encubrir a los sospechosos iraníes del atentado contra la AMIA, fue hallado, ayer, muerto en el baño de su casa del barrio porteño de Puerto Madero.
La noticia comenzó a circular primero en Twitter, pero empezó a cobrar fuerza cuando hasta el lugar, las Torres Le Parc, de Puerto Madero, llegaron el secretario de Seguridad, Sergio Berni, la fiscal Viviana Fein, y el SAME. Rápidamente montaron un cordón de freno a la prensa y silencio. Berni llegó cerca de las 22.30 y se fue a las 4 de la mañana aproximadamente, sin hacer declaraciones. Pero al comienzo de esta madrugada la muerte de Nisman ya era un hecho de fuentes judiciales. Pero nadie informó hasta el cierre de esta edición las causas de su muerte, que disparó las teorías de suicidio como de asesinato.
Esta muerte impacta de lleno en el Ejecutivo. Fue Néstor Kirchner quien en 2004 lo puso en la Fiscalía para investigar el atentado a la AMIA (1994, 85 muertos). Pero ha muerto enfrentado fuertemente a Cristina, cuyo gobierno intentó en estos días vincular su denuncia con una “guerra de espías”.
Natalio Alberto Nisman, de 51 años, nacido el 5 de diciembre de 1963, debía presentarse hoy en el Congreso para informar a Diputados sobre la marcha de su investigación. La presentación había sido pedida por la legisladora opositora Patricia Bullrich, que a solicitud del Fiscal iba a exigir que la reunión fuera reservada a fin de no violar la ley de inteligencia que prohíbe revelar los nombres de los agentes de la ex SIDE que también están en la denuncia que el miércoles pasado presentó ante el juzgado de Ariel Lijo. Pero el bloque kirchnerista inició una fuerte embestida para que su presencia fuera televisada, buscando exponerlo en fallas.
Fuentes judiciales relataron a Clarín que el fiscal tenía custodia de la Policía Federal, que ayer domingo debía llegar al departamento a las 11 de la mañana. Estuvieron allí en horario pero no pudieron comunicarse con Nisman.

Como pasaron varias horas sin tener noticias de él, a las tres de la tarde llamaron a la hermana. Un rato después llegó ella junto con la madre del fiscal y trataron de entrar con su llave, pero la puerta estaba cerrada de adentro con la llave puesta. Llamaron a un cerrajero que abrió el departamento, el piso 13 departamento 2, y hallaron el cuerpo en el baño. Estaba cerrado y el cuerpo de Nisman estaba caído contra la puerta, del lado de adentro. Junto al cadáver había una pistola calibre 22 propiedad del fiscal. El juez Manuel De Campos, a cargo del caso, ordenó pericias a la Prefectura y a la Policía Federal, diferentes cosas a cada fuerza de las que no trascendieron detalles.
Nisman estaba separado de la influyente jueza Sandra Arroyo Salgado, y tenía dos hijas, menores de edad. En estos últimos años, Nisman recibió amenazas de muerte, algunas de las cuales fueron radicadas en la justicia.
Clarín chateó con el fiscal por última vez el sábado. El último intercambio de WhatsApp fue a las 21.17. Nisman dio un “OK” final a lo conversado. No quería hacer ya declaraciones y comentó que siempre leía las notas de esta periodista. Ayer no contestó ninguno de los mensajes de WhatsApp, pero sí aparecían como recibidos. En las últimas conversaciones con él, este diario escuchó sus siguientes palabras: “Yo puedo salir muerto de ésto”. En algunos medios salió diciendo que había preparado a su hija para que el lunes se escucharan cosas malas de él. Y a Clarín también le contó que el fin de semana iba a encerrarse para estudiar su presentación de hoy ante la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados, que preside Bullrich. La legisladora fue la única funcionaria que se trasladó esta madrugada al edificio, donde fue encontrado Nisman.
En las horas previas a su cita en el Congreso se produjo una fuerte tensión con el Gobierno, pues el kirchnerismo pretendía una reunión abierta en la que no se pudieran difundir secretos de estado. La oposición, en cambio, coincidía con la postura del propio fiscal quien pidió un encuentro cerrado. Solo así podría contar información sensible, sin violar la ley. Es que además del líder camporista y diputado Andrés “Cuervo Larroque”, y del piquetero Luis D'Elía, en su denuncia había también miembros de la ex SIDE. El propio Nisman respondía a la línea de “Jaime” Stiuso, el poderoso espía desplazado por Cristina.
Según reveló Clarín ayer, Nisman tomó copias del contenido de unos 330 compact discs de sus investigaciones de estos últimos ochos años, para resguardarlos. Este diario también supo que estaba dispuesto a hoy, en el Congreso, a redoblar su apuesta, a apretar el acelerador y ahondar sobre el supuesto rol de la Presidente y su Canciller en lo que él definió como responsables de una “trama criminal”. Ayer trascendió que sólo tendría un disparo, y que sobre su escritorio estaban los papeles de trabajo. A la madrugada un hombre con tres valijas salió del edificio con “evidencias”. Natasha Niebieskikwait y Patricio Downes

Nisman estaba preparado para dar más pruebas al Congreso
Testimonio de un periodista que habló estos días con el fiscal. Estaba tranquilo para la charla en el Parlamento.
Alberto Nisman volvió de apuro de un viaje por Europa que estaba disfrutando junto a su hija para escribir la denuncia contra la Presidenta por el caso AMIA. “Hace tiempo que me vengo preparando para esto”, le había contado a su grupo de gente de confianza: “... a veces en la vida los momentos no se eligen. Simplemente las cosas suceden y es por algo”, agregó en una explicación escrita que difundió entre amigos a los que le adelantó lo que iba pasar. Nisman estaba preparado para denunciar a la Casa Rosada por el pacto con Irán.
Y aseguraba que estaba tranquilo y seguro para enfrentar la exposición en el Congreso de hoy a la tarde, en la que iba a hacer públicas las escuchas telefónicas que, según él, demostraban cómo la gestión K había montado una diplomacia paralela con la República Islámica de Irán para garantizarle impunidad a los acusados de haber volado la AMIA, todo a cambio de negocios de energía y agro que favorecerían a los argentinos.
En los últimos días hablé varias veces con Nisman en forma personal, telefónica y por chat. El miércoles, parado en medio de la redacción de canal 13, después de haberle dado al programa “A Dos Voces” su primera entrevista tras la denuncia contra la Presidenta, el fiscal me contó qué pruebas lo habían decidido a hacer lo que hizo: “No sabés la cantidad de escuchas telefónicas que tengo”, me dijo, y agregó: “D'Elía (por Luis D'Elía) está hasta las pelotas. Habla con los iraníes, les adelantó todo lo que iba a hacer la Presidenta, e incluso les decía que hablaba en nombre de ella”.
El fiscal estaba indignado sobre todo con una cosa: “Tengo a los iraníes aceptando en las grabaciones que pusieron la bomba en la AMIA. Lo peor es que tipos de la SIDE le avisaron a Rabbani (Mohsen, el acusado de ser el ideólogo del atentado) los detalles de lo que iba a hacer el Gobierno con el pacto. Es impresionante”.
Nisman contaba que había escuchado una y otra vez las grabaciones de las comunicaciones que D'Elía había tenido con el iraní Jorge “Yussuf” Khalil para estar al tanto “hasta del tono voz que pone el tipo para decir las cosas". Te juro que chequee cada cosa que decían en esos diálogos. De acuerdo al día de la escucha, iba y me fijaba en los diarios de los días siguientes.
Esta gente estaba realmente muy al tanto de lo que iba a hacer la Presidenta con Irán y así se lo hacían saber a los iraníes”. Una de las cuestiones que más desvelaba era cómo habían operados los servicios de Inteligencia argentinos en esta trama: “Uno de los agentes que hablaba con los iraníes era de total confianza de la Presidenta. ¡En una escucha les cuenta a los tipos de allá (por Irán) que Cristina estaba enferma! ¡Ese día en los diarios no se decía nada del tema pero después sí! ¡El tipo realmente tenía contacto con ella”.
El Gobierno no levantó el secreto que protegía la identidad de ese espía, tal como lo había pedido el fiscal.
Si la Casa Rosada no tenía nada para ocultar, ¿por qué habían tomado esa decisión? ¿por qué el oficialismo operó para embarrar la exposición de Nisman en el Congreso?
El Gobierno Nacional no dejó trabajar tranquilo al fiscal desde que éste denunció a la Presidenta y a sus dirigentes de confianza. El oficialismo intentó desacreditarlo, y buscaron desacreditar también su investigación.
Si la dirigencia K no tenía nada que temer, ¿para qué generar ese escenario hostil para que la Justicia actúe en un caso de impacto internacional como éste?
Nisman no parecía un hombre que estuviera a punto de suicidarse. Hablé con él por última vez el sábado a la tarde. Estaba preparando su presentación en el Congreso.
“Se va a conocer todo, Nicolás, vas a ver.”
Me aseguró que estaba tranquilo, e incluso él me sugirió que baje mis niveles de ansiedad cuando le insistí para conocer un poco más de las escuchas que había recolectado como prueba: “Tranqui”, me puso en un chat de whatsapp, y acompañó la frase con el emoticon de una carita sonriente.
El domingo le escribí un mensaje a las 11:33. No lo respondió. Nicolás Wiñazki