Una Jornada Dramática Vivió Ayer Buenos AiresEl Cnel. Perón Habló Desde los Balcones de la Casa Rosada

Acaso ninguno de los días que precedieron y sucedieron a la renuncia del ex vicepresidente de la Nación, coronel Perón, y a la disolución del gabinete nacional, fue de tensión tan intensa, y hasta de tanto dramatismo como el que ayer vivió el gobierno del general Farrell, reducido a las proporciones que el país conoce: conferencias, consultas, medidas y contramedidas y, como corolario, una movilización multitudinaria, desembocando en la plaza de Mayo para pedir a grito herido la libertad del coronel Perón.

Luego en sucesión vertiginosa para la índole de acontecimientos, y para lo que ellos significaban en los destinos del país, el doctor Álvarez presentaba al general Farrell el gabinete de conciliación por él elaborado: renunciaba el ministro de Marina Vernengo Lima; el coronel Perón se presentaba en la Casa de Gobierno, y un nuevo gabinete, integrado con muchos de los ministros depuestos, cambiaba fundamentalmente las situación política con respecto a lo que era hasta muy pocas horas antes.

Llegan nutridas columnas de manifestantes a la plaza de Mayo Llegan nutridas columnas de manifestantes a la plaza de Mayo

Farrell y Perón ante la multitud

Casi enseguida de este anuncio, aparecieron juntos en el balcón del Ministerio del Interior; el presidente de la Nación, general Farrell; el coronel Perón; la mayoría de nuevos ministros anunciados, jefes y oficiales del Ejército y la Armada, y numerosas personas vinculadas al gobierno.

Una ovación los saludó. La muchedumbre, satisfecho su objeto, aclamó el nombre del coronel Perón por espacio de 15 minutos, impidiendo todas las tentativas del general Farrell para hacerse oír.

El general Farrell, en un impulso emanado de ella, estrechó al coronel Perón en un abrazo que la masa subrayó con vítores.

Trabajadores llegaron a la plaza en colmados colectivos

Antes: impiden que hable Ávalos

La magnitud creciente de la concentración llegó muy luego a conocimiento del presidente de la Nación, que permanecía en su despacho con el ministro de Guerra, general Ávalos. Este consideró que había llegado el momento de enfrentar a la masa, y con el objeto de dirigirle la palabra.

Muy pronto lo identificó la multitud, cuyos gritos hostiles, redoblados, le impidieron pronunciar palabra. Había en el ministro muchas tentativas durante una permanencia de 20 minutos en el balcón; pero todo fue inútil. La consigna, traducida en el grito de la muchedumbre era una sola excluyente: “¡Libertad para Perón!”

Los balcones de la Casa RosadaLos balcones de la Casa Rosada

Momentos dramáticos

Estos sucesos crearon una situación caótica, de hondo dramatismo, a la que no pudo sustraerse el general Ávalos, quien, frente a la estruendosa reclamación de la masa, cada vez más compacta y frenética, atendía aquí y allá opiniones y consejos de los más dispares.

Alguien insinuó que convenía buscar al coronel Mercante, amigo del coronel Perón, para que tratase de calmar a la multitud con alguna noticia acerca del ex vicepresidente. Todo fue en vano. El teniente coronel Mercante salió al balcón y se dispuso a hablar: “Pídoles —comenzó diciendo—, tranquilidad y calma. El general Avalos —agregó—, va a conferenciar con el coronel Perón dentro de breves momentos”.

Vista de la Plaza de MayoVista de la Plaza de Mayo

Dirigentes obreros desprendidos de diversas columnas salieron también al balcón. Pidieron calma y atención. Inútil otra vez. La muchedumbre no los reconocía y su grito era siempre el mismo. ¡Queremos que venga él! ¡Sólo él!

Desde la calle y por los megáfonos de un camión, un particular consiguió hacerse oír: “Prometo que dentro de breve instantes visitaré al coronel Perón en el Hospital Militar, y que les transmitiré a Uds, cuanto él quiera decirles”.

Perón en la Casa Rosada

A las 22,25 horas llegó el coronel Juan D. Perón a la Casa de Gobierno, siendo recibido en el Salón Blanco en el cual se encontraban gran cantidad de personas, entre ellas, señaló nuestro cronista, la presencia de los señores Quijano, Teissaire, Benítez, el teniente coronel Velasco, el coronel Molina, ex sub jefe de policía, coronel Tauber, y el comodoro Sustaita.

El calor impulsó a los manifestantes a mojar los pies en la fuente

El Discurso del Coronel Perón

Desde los balcones de la Casa Rosada el coronel Perón pronunció el siguiente discurso:

“Hace casi dos años desde estos mismos balcones dije que tenía tres honras, las de ser soldado, la de ser un patriota y la de ser el primer trabajador argentino. Hoy a la tarde, el Poder Ejecutivo ha firmado mi solicitud de retiro del Ejército. Con ello he renunciado voluntariamente el insigne honor al que pude seguir aspirando de llegar a ser un soldado de la nación. Quiero seguir siendo el coronel Perón y ofrecerme al pueblo con este nombre.

Guardo ahora mi honroso uniforme que me entregó la patria para vestir la casaca del civil, para misturarme con esa masa sudorosa y sufriente que elabora la grandeza de la patria. Con esto doy mi abrazo final de este modo a ese magnífico puntal de la patria que es el ejército.

Juan Domingo Perón.Juan Domingo Perón.

Y doy el primer abrazo en esta grandiosa manifestación que representa mis sentimientos hacia la masa a la solidaridad del pueblo argentino.

Este es el pueblo sufriente que representa el dolor de la tierra madre. Es el pueblo de la patria. Es el mismo pueblo que en esta histórica plaza pidió frente al Congreso, que se respetará su voluntad y su derecho. Esta verdadera fiesta de la democracia, representada por un pueblo que marcha horas y horas a pie para pedir a sus funcionarios que cumplieran con su deber. Muchas veces he asistido a reuniones de trabajadores. Siempre he sabido de su emoción, pero esta vez constituye esta reunión un verdadero orgullo para todos los argentinos.

Hace dos años pedí confianza, me dijeron de ese pueblo, al cual sacrificaba todas mis horas de sueño y de trabajo, había de traicionarme. Que sepan hoy los indignos farsantes que este pueblo no engaña a nadie que no los traiciona.

Nuestro pueblo no sólo busca la felicidad, sino que sabe también dignamente defenderla.

Esa unidad que sentimos hoy los verdaderos patriotas en su base, además, la patria nos exige que seamos hermanos y con esa hermandad lograremos también la felicidad futura. Este pueblo que se muestra en la plaza, confirma al mundo la grandeza, espiritual y material de nuestra patria.

Preguntan ustedes dónde estuve. Estuve realizando sacrificios que repetiría 1.000 veces por ustedes, si ello fuera necesario. No quiero terminar sin dejar de llevar mi recuerdo cariñoso y fraternal a los hermanos del interior del país, cuyos corazones laten al unísono con los nuestros y con el de patria. A ellos que representan el dolor de esta tierra, vaya nuestro cariñoso recuerdo y la promesa de trabajar a sol y sombra para que sus afanes sean más fecundos y menos desdichadas sus vidas.

Y ahora llega como siempre para vuestro ex secretario de Trabajo y Previsión que lo fue y seguirá luchando al lado de vosotros, el momento de coronar esa obra que constituyó siempre la ambición de mi vida.

Recuerden, trabajadores, que es necesario más que nunca que se unan como hermanos y busquen con esa unidad la unidad de todos los argentinos. Iremos diariamente incorporando masa a la de los descontentos para que se unan a este coro de voces patriotas. Pido también a los trabajadores que reciban con mi cariño inmenso mi agradecimiento por las preocupaciones y molestias que se han tomado por este humilde hombre que les habla.

Por eso hace poco les dije que quería abrazarlos como hubiera abrazado a mi madre, ustedes también habrán tenido los mismos dolores y preocupaciones que mi pobre vieja. Esperemos que en los días que vengan sean de paz y en ellos se logrará la tranquilidad que hemos esperado y deseado siempre. Tengamos fe en el porvenir. Esperemos que las nuevas autoridades del Estado hagan navegar la nave que se les ha confiado hacia sus destinos que son los nuestros también, siendo como somos simples ciudadanos a su servicio.

Pídoles como hermano mayor, que vuelvan a sus trabajos y retornen tranquilos a sus casas, también les pido que el día del paro que tenían proyectado lo destinen a celebrar la gloria de esta reunión de hombres de trabajo, que son la esperanza más pura y cara de la patria.

He dejado deliberadamente para el final recomendarles que disuelvan esta magnífica asamblea y lo hagan con mucho cuidado, recuerden que hay muchas mujeres entre ustedes y que las mujeres obreras deben ser cuidadas por los mismos obreros. Y finalmente recuerden que estoy un poco enfermo y fatigado, y necesito un descanso que tomar para reponer fuerzas y luchar codo con codo con ustedes hasta caer exhausto, si fuera preciso.”

TRÁGICO TIROTEO HUBO FRENTE A "CRÍTICA". La Policía Informa que hay numerosas víctimas

Una vez dada la orden de disolución a la concentración de Plaza Mayo, una compacta columna enfiló por la Avenida en dirección a Plaza del Congreso. La marcha se hizo lenta y ya pasada medianoche y en momentos de enfrentar los mani­festantes el edificio de “Crítica”, a la altura del 1300, se oye­ron algunos disparos aislados, a los que siguieron nutridas descargas, al parecer causadas en varias direcciones. Se produjo la lógica confusión del primer momento y el consiguiente desbande, pero el tiroteo cobró intensidad por momentos.

En esas circunstancias comenzó a sonar la sirena del aludido vespertino, mientras, simultáneamente, algunos grupos de manifestantes, desprendiéndose de la columna, forzaron la entrada del edificio. El tiroteo continuó por espacio de más de veinte minutos con igual intensidad.

LA INFORMACION POLICIAL

Las primeras informaciones llegadas al Departamento de Policía y siempre de acuerdo a las versiones de algunos empleados de las reparticiones y, por lo tanto, no oficiales, indicaban que los manifestantes, al pasar frente a “Crítica” fueron sorprendidos con una descarga cerrada, y se presumía, por las características del tableteo que se hacían disparos de ametralladoras. La misma información agregaba que, mientras todo esto ocurría, caía gran cantidad de personas en la Avenida, presumiéndose que había muertos y heridos. También se informó que en el interior de “Crítica” era grande el número de víctimas.

A LAS 2 CONTINUABAN LOS TIROTEOS

Habiéndose iniciado el trágico tiroteo poco después de medianoche y luego de una duración intensa y sostenida de 25 minutos, en forma aislada continuaron escuchándose detonaciones en las inmediaciones de “Crítica”, prolongándose hasta pasadas las 2 horas.

A todo esto, se informó extraoficialmente que habían sido recogidos alrededor de 30 cadáveres, y que el número de heridos era considerable.

EL CORONEL MOLINA DIRIGIÓ LA ACCIÓN

El coronel Molina, que llegara al Departamento a las 0.20 de hoy, haciéndose cargo del mismo, se trasladó poco después al lugar de los hechos, dirigiendo personalmente la acción policial. Pasada la 1.20 de hoy, el coronel Molina se puso en contacto telefónico con los representantes del personal de “Crítica”, solicitando y obteniendo que se permitiera el ingreso al mismo de autoridades policiales. A las 2 de la madrugada pudo hacerlo el comisario de la seccional 4a., acompañado de otros funcionarios.

A las 2.20 Cesó el Fuego

Aproximadamente a las 2.20 cesó nuevamente el fuego, presumiéndose que en la tregua se aprovecharía para proseguir las gestiones tendientes a obtener el acceso al local.

PEDREA A “LA VANGUARDIA”

Mientras en Avenida de Mayo y Santiago del Estero se producían los hechos relatados más arriba, otro núcleo de manifestantes, que se ha dicho procedían en su mayoría de zonas procedentes de otras direcciones, marcharon por Rivadavia hacia Once. Al enfrentarse al local del diario “La Vanguardia”, a la altura de 2100 de esa avenida, se originó una intensa pedrea contra el edificio del órgano socialista, causando destrozos al frente del mismo.