Matan y queman a un periodista en la Costa
José Luis Cabezas cubría la temporada en Pinamar. En su carrera hay notas frívolas y políticas. Salió de una fiesta y lo encontraron muerto una hora y 20 minutos después
Un fotógrafo de la revista Noticias fue asesinado y calcinado dentro de un auto, cerca de Pinamar, con las manos esposadas. Todavía no se sabe si le pegaron un tiro en la cabeza antes de quemarlo y hasta ahora no hay pistas sobre los autores del crimen.
El cadáver del fotógrafo José Luis Cabezas, de 35 años, fue encontrado ayer a las 6.30 de la mañana dentro del auto que, a su vez, estaba en un pozo cavado por desconocidos hace unos 15 días. Fue en el Paraje Los Manantiales, a unos 15 kilómetros de Pinamar hacia el lado de General Madariaga.
Como el cuerpo había sido quemado por completo, junto con el auto —un Ford Fiesta blanco que había alquilado para trabajar—, se supo que fue reconocido por su reloj y porque tenía las llaves de la oficina que alquiló la revista en Pinamar.
Según fuentes de la investigación, el reloj del fotógrafo marcaba las 5.25 cuando dejó de funcionar y por eso se cree que lo mataron a esa hora de ayer. Lo habían visto por última vez quince minutos antes, al salir de una fiesta donde había ido a sacar fotos a distintos empresarios.
Lo que más llamó la atención es que Cabezas fue encontrado con las manos esposadas a su espalda. Esas esposas, según los investigadores, son de marca francesa, lo que significa que no son las que usa la Policía.
Hasta el cierre de esta edición, no se había determinado con certeza si lo ejecutaron de un tiro en la cabeza, como indicaban algunos trascendidos, o si directamente lo quemaron vivo.
El paisano que encontró el auto fue el que dijo que el pozo había sido cavado hace unos 15 días, en un lugar donde no pasa prácticamente nadie salvo él. Al describir el cuerpo, dijo que estaba en el asiento del acompañante y con la cabeza y las piernas en dirección a la palanca de cambios.
Planeado
Por la antigüedad del pozo, y especialmente por las características del crimen, los investigadores creen que fue planeado, aunque no hay pistas sobre quién pudo haberlo hecho u ordenado.
Los directivos de la revista Noticias dijeron ayer que descartaban que se trate de un simple hecho policial. Anoche, el presidente Carlos Menem se comunicó con el ministro del Interior, Carlos Corach, para que dé todo el apoyo posible a la Policía Bonaerense para que el caso se esclarezca.
Cabezas fue visto por última vez una hora y media antes del hallazgo de su cuerpo, en una fiesta que se hizo en la casa del empresario postal Oscar Andreani. Esa fiesta, donde se celebró el cumpleaños de Andreani, es típica de Pinamar y asistieron cientos de invitados, incluidos muchos periodistas.
El cronista que acompañaba a Cabezas, Gabriel Michi, se fue del lugar a las cuatro de la mañana y le dejó las llaves del auto.
Se fue solo
De acuerdo con otros testigos, que ya declararon en la comisaría de Madariaga, el fotógrafo se fue a las 5.10. Aunque muchos creen que se fue solo, la Policía dijo no poder asegurarlo todavía. Por ahora, se sabe que se fue en el mismo auto donde luego lo asesinaron.

Sus compañeros de trabajo recién se enteraron del crimen ayer a la tarde. Al mediodía tenían que cubrir una nota y como Cabezas no aparecía, Michi se preocupó y empezó a llamar a las comisarías de Pinamar y de los alrededores.
Así hasta dar con la de Madariaga, donde tenían el caso de un hombre incinerado pero no sabían de quién se trataba. “¿En qué auto andaba el fotógrafo?”, le preguntaron. La respuesta fue un Ford Fiesta, y entonces comenzó a reconstruirse el hecho, por ahora inexplicable.
Cabezas tiene tres hijos, uno de ellos una beba de cinco meses —de su segundo matrimonio—, y sus suegros son de Pinamar. Por eso, su mujer aprovechó para ir a veranear allí, y ayer tuvo que ir a la comisaría para reconocer el reloj.
Pericias
Como el cuerpo estaba carbonizado no fue mostrado a sus familiares ni amigos. Ayer estuvo en el hospital de Madariaga y hoy será enviado a La Plata, donde el Servicio de Investigaciones Técnicas le hará estudios para determinar cuál fue la causa real de su muerte.
También se analizarán otras pruebas, como la tapa de un bidón encontrada cerca del auto. Se cree que pudo haber sido del bidón con combustible que usaron para quemar el auto.

El fotógrafo asesinado es muy conocido en Pinamar porque cubre la temporada para la revista desde el año 1993, cuando conoció a su actual mujer.
En este verano, como en los anteriores, alternó en notas de actualidad política y con las de moda. Según sus compañeros, en los últimos días se lo veía tranquilo y no tenía problemas con nadie.
“Guarda un mensaje implícito”
Para el abogado y ex comisario de la Policía Bonaerense Edgardo Mastrandrea, el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas, por sus características, “es una venganza que guarda otro mensaje implícito”, y debe ser claramente develado.
“Se debe aclarar muy bien si el crimen tiene conexiones con el trabajo periodístico que venía haciendo esta persona o con el medio al que pertenecía”, agregó.
Otros móviles
Aunque dijo que es “delicado abrir un juicio apresurado” sobre las causas del homicidio, Mastrandrea, especialista en seguridad urbana, señaló que “más allá de la venganza hay otros móviles que no son los pasionales”
“Toda muerte me preocupa”, dijo el ex policía de la Bonaerense, pero “es más preocupante si el crimen tiene que ver con la profesión y con el medio en que trabajaba”, insistió en aclarar.
“La revista está dedicada a la investigación periodística y es una publicación crítica. Por eso me preocupa el mensaje que puede dejar este hecho de comprobarse que ocurrió por una cuestión profesional”, agregó.
Para Mastrandrea “se pueden tejer 20 mil especulaciones, pero este asesinato alevoso debe movilizar al periodismo y a toda la sociedad para que se esclarezca”.
El ex comisario Mastrandrea sostuvo que “para conocer bien qué pasó es necesario reconstruir la vida de la víctima”.
De esa manera, indicó, se podrán encontrar o descartar pistas que permitan conocer las verdaderas razones del asesinato.