Reutemann le ganó a todos

Cora Reutemann

Hija de Carlos Reutemann

Carlos Reutemann ganó de punta a punta el Gran Premio de Fórmula 1 de Brasil a pesar de un cartel (documentado por Clarín) que señalaba desde el box de Williams la prioridad para el australiano Alan Jones, quien llegó segundo. El piloto argentino cubrió el recorrido en 2h00m23s66/100, a un promedio de 155,450 kilómetros por hora. Riccardo Patrese fue tercero, seguido por Marc Surer, Elio De Angelis y Jacques Laffite. Ricardo Zunino ocupó la decimotercera colocación.

RIO DE JANEIRO (Enviado especial) —El prólogo de la carrera giró alrededor de la despedida de quien fuera el máximo ídolo del automovilismo deportivo de este país, el ex bicampeón mundial Emerson Fittipaldi. Una hora antes de comenzar la prueba, "Fitti", de 34 años, dio una vuelta al circuito de Jacarepaguá en un auto de la escudería que lleva su nombre, ante el aplauso entusiasmado de las 50.000 personas que cubrieron las instalaciones del circuito.

A las 13 en punto los 24 autos clasificados comenzaron a dar la vuelta de reconocimiento, todos (excepto Piquet) con neumáticos para pista mojada dado que la lluvia que se inició el sábado a la noche no cesaba. Completando el giro inicial, las máquinas se alistaron en sus puestos y al encenderse la luz verde Carlos Reutemann ratificó sus condiciones de excelente largador picando en punta con el Williams número 2.

El auto de Reutemann escoltado por Jones.

La amenaza del polémico Brabham de Nelson Piquet se disipó a los pocos metros ya que el auto del piloto brasileño quedó sensiblemente retrasado.

En las primeras vueltas Reutemann fue escoltado por el Arrows del italiano Riccardo Patrese, mientras que detrás de ambos quedaba a la expectativa el campeón mundial, Alan Jones. La diferencia de los tres primeros con el resto del grupo ya se hizo muy notoria antes de completarse el primer giro. En el segundo, Jones se colocó a las espaldas de su compañero de equipo, mientras que Patrese quedaba tercero, posiciones que se mantuvieron hasta el final de la prueba.

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En las siguientes colocaciones se ubicaron, respectivamente, Bruno Giacomelli (Alfa Romeo), Elio De Angelis (Lotus), Keke Rosberg (Fittipaldi) y Gilles Villeneuve (Ferrari Turbo). Piquet figuraba en un retrasado decimoquinto lugar, mientras que el sanjuanino Ricardo Zunino se ubicaba dos posiciones más atrás con el Tyrrel número 4.

Duelo sin tregua

Las 84/100 que Reutemann le llevaba a Jones en la tercera vuelta se ampliaron a 2"34/100 al completarse la cuarta, luego que los dos Williams pasaron el primer "tapón", el Arrows de Siegfried Stohr. Pero esa diferencia no se incrementó regularmente a medida que avanzaban los minutos, sino que variaba para más y para menos reflejando un duelo sensacional entre los dos pilotos de Frank Williams.

En el decimoquinto giro, Reutemann logra separarse casi 5" de su compañero de equipo, lo que hace presumir que el auto de Jones podría tener algún inconveniente. Sin embargo, el australiano fue recuperándose paulatinamente hasta colocarse a 50/100 del argentino en la vuelta 23ª. Además de la constante lucha por la punta, otro duelo interesante fue el sostenido por las máquinas turboimpulsadas de las dos únicas escuderías que utilizan ese sistema: Ferrari y Renault.

Mientras tanto, las posiciones de vanguardia no se modificaban. Reutemann, con un manejo impecable, aguantaba el asedio de Jones. Las diferencias entre ambos sufrían pequeñas modificaciones luego de superar máquinas retrasadas, pero no resultaron lo suficientemente importantes como para cambiar posiciones. En el giro 60, con 3 para finalizar, Reutemann se distanció 4" de Jones y éste apenas se le pudo acercar cuando el comisario de la prueba le bajó la bandera a cuadros al piloto argentino (al cumplirse las 2 horas reglamentarias). Una vez más, Brasil había resultado favorable para Carlos Reutemann, que conseguía así su cuarta victoria de Fórmula 1 en este país. Miguel Ángel Sebastián

Carlos Reutemann y Ricardo Patrese en el podio.

Sí, pusieron el cartel

RIO DE JANEIRO (Enviado especial). —En cuatro oportunidades (en las vueltas 57, 58, 59 y 61) desde el box del equipo Williams partió una pizarra indicadora que decía: "Primero Jones, Segundo Reutemann". Sorpresa para los creyentes que dos semanas atrás supieron por boca de Frank que "cada piloto hace su carrera y mis pilotos salen a ganar".

La situación, ahora, quebraba la autenticidad del fraseo de Long Beach. Un fulminante letrero insistió para que el piloto argentino obedeciera la orden.

El cartel, a la derecha del auto  de ReutemannEl cartel, a la derecha del auto de Reutemann

Carlos Reutemann no obedeció, evidentemente. Se hizo el rebelde y tras descender del coche se dirigió al podio. Este trámite ceremonioso y comercial quedó trunco. Reutemann y Patrese treparon a las gradas en el orden jerárquico establecido. Tocaron los Himnos nacionales. Entregaron el trofeo al ganador. Una barra chiquita y fervorosa hacía flamear la bandera argentina. Alan Jones no acudió a cumplir ese compromiso que la FOCA penaliza (o penalizaba) con una multa en caso de ausencia.

En lugar de ir hacia la ceremonia, Alan Jones marchó al galpón nº 9 que hace las veces de vestuario. En el camino esquivó con mirada torva las preguntas de numerosos periodistas internacionales. Con un golpe clausuró la puerta del galpón. No fue cortés. No estuvo a la altura de un campeón de los buenos modales. Evidentemente Alan Jones le tomó el gusto a la franquicia afortunada de Long Beach, y que le regaló tres puntos para el campeonato. En cambio, Carlos Reutemann resolvió aquella chingada de Norteamérica de modo muy diferente.

Cartel en Boxes, marcando la preferencia por Jones

Siempre dentro del tema, Clarín jugó la chance de dejar hablar al acusado preguntando en el equipo Williams: "¿Pusieron pizarra ordenando a Reutemann entregar la carrera a Jones?". La respuesta no se hizo esperar: "Son inventos del periodismo".

Nuestro reportero en Jacarepaguá, Leonardo Zavattaro, incurrió en la antigua costumbre de documentar con una fotografía (mirar la foto de arriba) lo que veía. No le podemos sacar esa manía…

"Yo salí a hacer lo mío"

RIO DE JANEIRO (Enviado especial). — Ayer, en la parte final de la nota, al hablar de lo que pudiera ocurrir en la carrera, decía que nada se podía hacer contra el Brabham de Nelson Piquet. Ese coche, que con el sistema de suspensión especial es un auto de efecto suelo, había demostrado durante la clasificación que estaba fácilmente un segundo por debajo de los tiempos del resto. Con ese panorama no era difícil presumir lo que podía acontecer en carrera.

Ahora debo reconocer que me olvidé de un detalle. Di un pronóstico basándome en condiciones normales y no tuve en cuenta la posibilidad de que lloviera. Y todos saben que cuando en una carrera llueve, todas las presunciones suelen irse al diablo y ayer ocurrió eso. Vino el agua y de nada sirvieron los pronósticos.

Ustedes estarán esperando que les cuente lo que pasó. Bueno, vamos por partes. No empezaron bien las cosas. A la mañana, en las pruebas con tanques llenos, tuve problemas con el embrague. Logré un sexto tiempo y, al finalizar, los mecánicos se pusieron a trabajar con todo para solucionar ese inconveniente.

Desde hoy, para su comodidad, solicítelo también en sucursal Tribunales, sucursal Florida y sucursal Rodríguez Peña.Desde hoy, para su comodidad, solicítelo también en sucursal Tribunales, sucursal Florida y sucursal Rodríguez Peña.

Los momentos previos a la carrera me trajeron otra preocupación. Las gotas que empezaron a caer por la mañana plantearon la duda sobre los neumáticos. Se acercaba la hora de salir a la pista. Había que tomar una decisión. La lluvia había dejado de ser una amenaza para convertirse en una realidad. Pero existía la duda, que siempre hay en estos casos. ¿Y si después para? Pero el tiempo pasaba y había que resolver. Decidí salir con las gomas con dibujo.

No había viento y sí mucha humedad. Salí de boxes para ir a la grilla y cuando estábamos allí ultimando los preparativos, Frank me hizo la última consulta sobre si quería cambiar de idea. Mantuve la decisión de seguir con las gomas de lluvia. Alan también opinó de la misma manera, y de esta forma los dos autos del equipo nos jugamos a una sola carta. En cambio Piquet apostó a lo contrario y eligió gomas lisas, pensando que la pista se secaría. No sé por qué lo hizo. Lo único real es que se equivocó y lo pagó caro.

De entrada salí a hacer mi carrera. Así lo habíamos establecido antes de largar. Cada uno haría lo suyo jugando al máximo todas sus posibilidades. Y así lo hice. Me fui en punta y me preocupé por mantener el ritmo y no cometer errores. El auto andaba a la perfección, así pude concentrarme bien. Deseaba que la pista no se secara porque si no se iba a complicar todo. El sobrepaso a los rezagados constituyó mi mayor problema. Superar retrasados es delicado en pista seca, así que imagínense cómo es bajo la lluvia. Primero me tocaron los dos Tyrrell y el Theodore de Tambay. Los Tyrrell me dieron bastante trabajo, especialmente Cheever, pero finalmente los pude superar y quedé detrás del Fittipaldi de Rosberg. Y allí encontré la mayor dificultad de la carrera. Estuve cinco vueltas detrás del finlandés. Me taponó un par de veces en las partes lentas, hasta que finalmente, y ante mi insistencia, me dejó pasar. Luego, con el camino libre, pude andar con mayor tranquilidad y así llegar a la bandera a cuadros.

Y dejo especialmente para el final un tema que seguramente dará mucho que hablar. Porque al llegar a boxes me abrumaron con preguntas diciéndome si había visto el cartel que me indicaba que lo tenía que dejar pasar a Jones al primer lugar. Y mi respuesta es que no. No vi ninguna orden, ni señal desde boxes. No sé si lo pusieron, pero yo no vi nada. A Jones tampoco lo vi en carrera. El agua que levantaba mi auto me impedía ver lo que pasaba atrás. Yo únicamente me preocupé de hacer mi carrera y punto. También comentaron que Alan se enojó por esta actitud y por eso no fue al podio. Lo único cierto es que al bajar del auto, Alan me dio la mano y se fue. Ahora los motivos por los cuales no subió al podio no los sé. Williams tampoco me hizo ningún comentario sobre esa supuesta orden de dejar pasar a Jones. Eso es realmente lo que pasó. Carlos Reutemann